jueves, 25 de noviembre de 2010


Nunca le había pasado nada parecido con un tío pero.. con el, con el era diferente se repetía a sí misma. Quizás para convencerse, quizás para convencer a los demás. Nunca había pensado encontrar así al amor de su vida. Desde pequeña esos cuentos, esos trajes y esas princesas la ivan convenciendo poco a poco de que ella formaba parte también de ese mágico mundo. Pero la realidad... la realidad era otra bien distinta.
Se había criado en un mundo donde lo que querías conseguir te lo debías de ganar tu misma a base de esfuerzos, risas pero sobre todo caídas. Caídas que un día le enseñaron que si de verdad quería ser algo en la vida, se lo iva a tener que currar y mucho.

Ella vivía en un mundo lleno de realidad desde que cruzaba la plaza hasta que llegaba de nuevo a su oficina. Era algo que la inbadía por dentro. Ya no se acordaba de ningun cuento de hadas en el que todo pordría ser perfecto. Simplemente vivía en un mundo real donde lo fatástico se pagaba caro.

Rodeada de gente que la halagaba, era servicial, e incluso hacían ver que se portaban bien. Pero ella estaba convencida, y no se solía equivocar, de que lo único que esas personas pretendían era bien distinto de lo que querían hacer ver.
Falsedades sí, falsedades, mentiras, engaños, envidias, sí... pero sobre todo
REALIDAD.