martes, 24 de enero de 2012

Cada pequeño latido dentro de algo grande.




Tardé seguramente mucho tiempo en darme cuenta de que nunca lo puedes llegar a tener todo si no tienes el amor. 
Hay gente que dice que la soledad puede ser nuestra mejor amiga. También hay personas que dicen que siempre será nuestro enemigo. Yo, sin embargo, pienso que es alguien que siempre nos enseña una lección, a veces muy buena. A mí me enseñó que no tiene sentido sentirse sola habiendo en el mundo más de 6.000.000 de personas. También me dijo que había muchas como yo, que sufrían por él. ¿Y sabes que le contesté? Que yo no sufro por él. Que yo cuando pienso en él sonrío y me digo a mí misma "ves, sonríes. Ya no te importa, has aprendido a vivir sin él" Y sin embargo, todas las noches en mi cama me sincero conmigo misma y destapo esa sonrisa que llevo pegada todo el día. Y simplemente pienso, merecerá la pena pensar en esto?. La verdad, no importa. Al final, yo no decido cuando olvidarle. 
Él supera cualquier acción triste o signo de llanto. No necesito más motivos, sus besos ya responden por si solos, rozar sus labios y oír su corazón, cada pequeño latido dentro de algo grande, sus caricias, que decir, pues que me vuelven loca, literalmente. Porque es el único capaz de sacarme una sonrisa cuando más lo necesito, el único que consigue hacerme feliz con un "me encantas" o simplemente con mirarme, rozarme; el único con el que quiero dormirme y despertar al día siguiente sabiendo que está a mi lado, y que lo estará siempre; día tras día. 
Claro que, como dice él, eso supone dar mucho por una persona.